miércoles, 25 de agosto de 2010

HAY UN MALVADO QUE NOS AMA. Poema.

Hay un malvado que nos ama.
Arrojado del cielo a los infiernos,
nos trajo en su caída
la luz de las estrellas.

Éramos buenos,
pacientes,
resignados,
y él nos trajo el derecho a rebelarnos,
a anegarnos
de ese rayo de luz que arrancó al cielo
para abrirnos los ojos
y mostrarnos
como era en realidad el mundo que habitábamos;
sufrimientos,
y fatigas,
y miserias…
Nos enseñó el pecado
de amar con libertad
lo que en verdad amamos,
de levantar con dignidad la frente
frente al amo,
de decir aquello que pensamos
sin tener que mentir cuando decimos
que decimos aquello que pensamos…;
y nosotros
a cambio
cuando no le ignoramos,
le execramos.
Cuesta creer que exista un Dios que le castigue ese pecado.

En verdad
yo no se muchas cosas de cielos o de infiernos,
pero he andado y andado,
y he visto al hombre arrastrarse por la tierra
herido de dolor y de miserias;
le he visto claudicar frente a quien gruñe
y besarle la mano
a aquel al que alimenta;
le he visto derrotado
en medio del camino
de la nada,
caminar tras de un reino prometido
que no alcanza,
confiar en un cielo
que siempre le amenaza
con castigos,
sojuzgado por ciegos,
hostigado por buenos,
perseguido por santos;
siempre sumiso,
siempre resignado…

La verdad…,
yo no se muchas cosas de cielos o de infiernos;
esas infusas ciencias
se las dejo
a aquellos que predican monsergas clericales
en púlpitos de iglesias;
tal vez ellos sí entiendan el motivo
por el que,
cuando Dios hizo al hombre,
creó también al amo y al cautivo;
yo,
la verdad,
ni lo se,
ni lo concibo.

Mostrenco que nací,
asumo resignado
el rol que me ha tocado,
me echo el atillo al hombro
y sigo mi camino solitario.

Pero,
al malo aquel
que trajo
la llama ardiente
con la que abrió mis ojos,
le rindo mi corazón enamorado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sublime!!!

cascabel dijo...

sublime!!!

Anónimo dijo...

Hola Moncho,

Hoy te recordé, recordé tu poema, te busqué tu nombre en mi cabeza y te encontré de nuevo, abandonaste la comunicación vía FB, y te perdí la pista... pero tus palabras, tus poemas siguen resonando en mí...
Muchas gracias, espero que estés bien allí donde estés...

Carmen Macías