miércoles, 28 de julio de 2010

DONDE TE BUSCARÉ CUANDO ESTÁS CERCA...

Dónde te buscaré cuando estás cerca;
y cuando lejos,
dónde podré encontrarte.

Te sigo
como se sigue un soplo de brisa
cuando falta el aire;
te busco cuando espero,
y en la esperanza de encontrarte,
te espero cuando marcho
sin esperanza alguna
hacia ninguna parte.

Esto
lo sabes,
y me evitas
por miedo a tropezarme
y descubrir
que yo,
o tú
-uno de ambos-
en realidad,
no existe;
que me inventas tú a mí,
o yo a ti,
y ese otro yo al que cualquiera de los dos nos inventamos
sólo es la sombra que persigue al amo,
la imagen de un espejo
al que uno de nosotros se asomó para mirarse.

Y sin embargo,
cómo olvidarte,
cómo olvidarme,
como asomarse a la luz de la mañana
en ausencia del otro;
como poder vivir,
adónde ir,
en qué lugar fijar la propia residencia
si el otro no está allí para habitarla,
a qué cielo encumbrarse
si el otro no está allí para anidarle.

Y sin embargo,
a pesar de esta hambrienta manera de extrañarte;
cómo saber si tú,
o yo,
o acaso ambos,
somos sólo una imagen que refleja el agua,
un suspiro de Dios,
un sueño,
aire.

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